Escúchanos Radio

Ndud´Ñéeyü

lunes a domingo

10  a 23 hrs

 

Canal del CONGRESO AUTÓNOMO CUICATECO
Canal del CONGRESO AUTÓNOMO CUICATECO

Síguenos en You Tube

@coacu

Nuestra música, su música

CONGRESO AUTÓNOMO CUICATECO.

 

NACION CUICATECA.

 

OAXACA, MEXICO.

 

Escribanos: 

E-mail:

cac.oax@gmail.com

ccir2010@gmail.com

 

Sigue nuestra opinión: 

https://congresoautonomocuicateco.wordpress.com

Nuestra opinión en derechos humanos

http://cecuidh.wordpress.com

Infórmate sobre las acciones  de la resistencia cuicateca y las luchas concurrentes

http://www.centrocuicateco

deinformacion.blogspot.com/

 

http://ccir296.vox.com/

 

Los documentos que usted encuentra en esta pagina son libres y están bajo responsabilidad absoluta del CAC., cualquier aclaración o duda sobre ellos escribanos en el mail que aparece renglones arriba para su debida aclaración. Gracias.

TIPOS DE REGIONES EN EL DISTRITO DE CUIC
Documento Adobe Acrobat 214.1 KB
LA TERRITORIALIDAD DE LA DOMINACIÓN
La territorialidad de la dominación.pdf
Documento Adobe Acrobat 215.3 KB
CHERÁN, UNA SEMILLA ANTICAPITALISTA.
Cherán como una semilla anticapitalista.
Documento Adobe Acrobat 501.6 KB
EL LIBRO NEGRO DE CANADÁ
URGE LEER PARA ENTENDER COMO LAS MINERAS CANADIENSEN SON ABUSIVAS, CORRUPTAS Y ASESINAS.
EL LIBRO NEGRO DE CANADÁ. SAQUEO, CORRUP
Documento Adobe Acrobat 1.9 MB

¿Qué es el CONGRESO AUTÓNOMO CUICATECO?

El CONGRESO AUTÓNOMO CUICATECO, CAC, es un organismo que representa a las comunidades de la nación cuicateca, se constituye bajo el principio de que el poder radica en el pueblo y considera que los gobernantes solamente son representantes de la comunidad y no tienen el derecho a decidir por encima de los intereses de las mismas. Tal como lo reza el ARTÍCULO 39. La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para su beneficio.  El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.

Nuestros fundamentos se encuentran en el libre ejercicio que el marco jurídico mexicano e internacional posibilitan; entre otros: la Constitución Política de los estados Unidos Mexicanos, la Constitución del Estado Libre y Soberano de Oaxaca, la Ley General de Cultura del Estado de Oaxaca,  el Convenio 169 de la organización Internacional del Trabajo, la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, Carta internacional de los Derechos humanos, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural y demás que resulten aplicables, pero sobre todo en un derecho fundamental, El Derecho Mayor, representado en nuestros USOS y COSTUMBRES, los cuales nos dan origen y preservan nuestra identidad.

¿Qué entendemos por AUTÓNOMO?

En el CAC, asumimos el carácter de ATÓNOMO, porque consideramos que “la autonomía es un sistema para reconocer o acrecentar derechos de unos grupos o pueblos, no para anular o reducir derechos fundamentales de nadie.” Entendemos que la autonomía es una facultad de regulación libre, responsable y temporal, cuyo ejercicio institucional, colectivo o individual produce los efectos autorizados por el pueblo soberano. Asimismo, que, la autonomía puede expresarse en tres forma: autonomía pública (referida a entes jurídicos de naturaleza pública); autonomía social (relativa a entes colectivos); y autonomía privada (que tiene que ver con la voluntad de los individuos).

Consideramos que para que esta sea posible debe dejar de ser un proceso de continuidad colonial, una autonomía subalternizada y condicionada por el sistema (sobre la base de las actuales estructuras territoriales), las cuales aíslan y separan a los pueblos convirtiéndolos en organismos autistas, sin perspectivas de pertenencia, ni a la entidad étnica propia, ni lo que podríamos llamar la nación mexicana, es decir hemos sido relegados al sótano de la patria grande.

Suscribimos la idea de la autonomía como un proceso de descolonización y liberación, con una cualidad fincada en el bienestar humano, la justicia y dignidad como premisas, la vía que pretenden y buscan los pueblos originarios/indígenas, reconstituir redes de mancomunidades interecológicas con poder político diárquico (interacción de género institucionalizado en la familia)  unitario cosmogónico eco-biótico, la comunalidad, sustento histórico de nuestros pueblos.

Pugnamos por una autonomía administrativa, económica y política. Esta autonomía debe expresarse/representar mancomunando visiones de pueblos originarios/indígenas en una nueva Asamblea Constituyente, hacia una nueva nación mexicana.

Ahora, por autonomía entendemos a una actividad y marcha propia en la gestión y desarrollo económico y administrativo de pueblos o regiones [siempre que no afecte, no comprometa, a generaciones futuras]. Es decir, que la distribución de los pueblos indígenas está en la premisa de “unidad en la diversidad”.

Dentro de nuestra idea de autonomía social contemplamos que los pueblos originarios:

1) Sean reconocidas como pueblos o grupos con identidades propias. Este es un requisito fundamental, sustento del reconocimiento de derechos colectivos. Éstos no vienen a contraponerse a los derechos individuales, sino a complementarlos e incluso a asegurar que tales derechos o garantías individuales puedan ejercerse apropiadamente.

2) Tengan autoridades propias, elegidas libremente por las mismas colectividades; esto es, que puedan constituir su respectivo "autogobierno", cuyas características, funciones o facultades, instancias administrativas, etcétera, en el pleno ejercicio de la soberanía.

3) Se les reconozca un ámbito territorial propio que, desde luego, va más allá de la demarcación de las tierras como parcelas o unidades productivas. Si bien en algunos regímenes autonómicos se establecen los llamados derechos "cultural-personales", con independencia del ámbito territorial, éstos son complementarios y no el fundamento único del sistema. Dado que la autonomía implica derechos sociopolíticos, instituciones, etcétera, estos derechos deben tener un "piso" firme, un espacio de realización.

4) Adquieran las facultades y competencias para preservar, en lo que consideren necesario, y para enriquecer y aún cambiar o ajustar en lo que acuerden como imprescindible, sus complejos socioculturales (lenguas, usos y costumbres, etc.). Como principio de la vocación innovadora que ha estado presente en nuestros pueblos a lo largo de toda su historia.

5) Puedan participar en las instancias u órganos de decisión nacional y local. La autonomía no es "enconchamiento", autarquía, ensimismamiento o aislamiento, sino búsqueda de participación plena en la vida nacional, en los órganos democráticos de la nación. Desde luego, implica la participación en las llamadas "instancias de debate y decisión nacional": congresos locales y, en nuestro caso, el Congreso de la Unión; y en general, en todas aquellas instituciones creadas para la representación ciudadana, sin que la condición "étnica" levante un obstáculo para ello.

6) Finalmente, que los pueblos que se benefician del régimen autonómico puedan manejar los recursos propios, y recibir los recursos nacionales en ejercicio de un federalismo cooperativo y solidario, imprescindibles para que sus órganos y autoridades realicen las tareas de gobierno y justicia que el propio orden legal les asigna.

¿De qué autonomía hablamos?

La autonomía que proponemos construir, es, por un lado, una autonomía frente a los poderes constituidos, frente al capitalismo neoliberal, que implica no aceptar las reglas del juego impuestas, luchar por la vida para no morir de muerte regalada y defender, practicando, otra forma de vida nacida de la creatividad aplastada durante siglos de subordinación y sometimiento.

Por otro, para nosotros, autonomía implica construir mirando hacia adentro del movimiento y de los individuos, que tienen una historia de prácticas previas que es necesario repensar para ver cuáles recuperar  y cuáles  recrear,  transformándolas  y  adaptándolas  a  las  nuevas circunstancias en las que se desenvuelve la lucha de hoy. 

Una autonomía que implica la posibilidad de decidir qué aspectos se quieren rescatar y recrear de las experiencias históricas, de las tradiciones de las comunidades y de otras  prácticas de lucha, y qué aspectos se quieren transformar en un sentido más democrático e igualitario.

¿Por qué CUICATECO?

En el CAC, reivindicamos la esencia del pueblo cuicateco como una construcción histórica, milenaria y preexistente a la nación mexicana, por tanto con todo el derecho a existir y a ser reconocido como parte de la realidad mexicana, asumimos que como parte del México profundo, de la América profunda, compartimos una cosmovisión diferente.

 [Los] pueblos/ naciones originarias [somos] precisamente parte de otra cosmovisión, otra lógica de vida, otro sistema y código jurídico; distinto a la occidental republicana; en los hechos, no sólo se los desconoce e ignora, sino que se los excluye del escenario republicano. Eso hace afirmar que: “Los ‘cambios y las revoluciones’ en el país no han logrado superar las estructuras coloniales, ‘por que no lograron afectar la matriz del colonialismo interno’ y es por eso ‘que la relación colonial entre una minoría (dominante) y otra mayoría (dominada) sigue vigente en la historia del país” [1]

 

Es decir poseemos historia, cultura e identidad distintivas, tenemos la capacidad de tomar decisiones sobre los recursos o elementos culturales necesarios para cumplir nuestro propósito social específico, existir. Somos por tanto, históricamente: Una cultura autónoma, en donde la decisión se ejerce sobre [nuestros] recursos propios.[2]

 

Trabajamos para la restauración de nuestra identidad étnica, el pueblo/nación cuicateco, para ello nos afanamos en la recuperación de nuestra historia propia, sistemáticamente ignorada, negada o distorsionada por el colonizador; la recuperación de nuestro espacio, reducido y dividido por la colonización, pugnando por la reintegración de nuestras comunidades como un solo pueblo; la recuperación del conocimiento propio en un nivel mucho más amplio que el que permite la actual expresión local; luchamos por la recuperación de la expresión y de la comunicación entre todos los miembros de un pueblo, para ello trabajamos en la recuperación de nuestra lengua propia nrudu ñeeyü.

Todo esto exige, necesariamente, ampliar la capacidad decisión, es decir, ganar espacios de poder político, para ello trabajamos, sin embargo, es necesario aclarar que no hablamos de la política convencional, esa que se ha convertido en un servirse de la comunidad, el pueblo, el estado o la nación, hablamos, por tanto de una revaloración ética del quehacer político.

Los objetivos de la reconstrucción identitaria que proponemos implican:

 a) la construcción de una identidad india como elemento ideológico que permita unificar a los diversos pueblos concretos en una misma lucha de liberación, a partir del reconocimiento de su condición común de colonizados y de la reivindicación de una civilización común por encima de las particularidades culturales de cada pueblo;

b) a partir de la negación global de la civilización occidental, abrir el espacio ideológico para la construcción de proyectos civilizatorios alternativos basados en las concepciones más profundas de las culturas indias;

c) crear el marco ideológico necesario para justificar y hacer viable el proceso de apropiación cultural de elementos detentados hoy por las culturas dominantes, que son necesarios para instrumentar proyectos alternativos de desarrollo, o de etnodesarrollo, sin que tal apropiación pueda entenderse como una renuncia a la cultura propia de cada pueblo ni resulte contradictoria con el proyecto global de la civilización india.

¿Cómo pensamos la política en el CAC?

En el CAC, consideramos que solo el ejercicio democrático del poder, bajo los principios fundamentales de servir y no servirse; representar y no suplantar; construir y no destruir; obedecer y no mandar; proponer y no imponer; convencer y no vencer; bajar y no subir; mandar obedeciendo, harán realidad el postulado constitucional antes mencionado.

Por ello reivindicamos el principio 5º. Del documento “Los Sentimientos de la Nación”: “La Soberanía dimana inmediatamente del Pueblo, el que sólo quiere depositarla en sus representantes [……], y éstos [……] deben ser sujetos sabios y de probidad”, asumimos que sólo un gobierno producto de la soberanía será capaz de defender los intereses de la nación que lo elige, sea esta la nación cuicateca o la gran nación plurinacional mexicana.

Para el CAC, uno de los fundamentos que harán posible que los gobernantes gobiernen para quienes los eligen consiste en que puedan ser removidos tal como lo señala la porción final del artículo 39: El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.  Ello solo será posible si se instauran los mecanismos para hacerlo posible, por ello reivindicamos el funcionamiento de la ASAMBLEA COMUNITARIA, como el eje rector del poder al interior de las comunidades.

En el CAC, consideramos que para que esto sea posible, los dirigentes o coordinadores del mismo no podrán pertenecer a ningún partido político ni acceder a puestos de representación popular o cargo público, mientras pertenezcan a la estructura representativa del CONGRESO AUTÓNOMO CUICATECO.

Reivindicamos el derecho de todos y cada uno de los cuicatecos a profesar la fe y la ideología que mejor represente sus intereses, pero ratificamos la primacía de los intereses comunitarios por sobre toda expresión de individualidad en la vida de las comunidades, ello solo alienta el divisionismo y la destrucción del tejido social, la libre expresión de las ideas solo tiene ese límite, la racionalidad y el equilibrio están garantizados en las expresiones propias de la cultura cuicateca.

Qué pensamos de la naturaleza y su aprovechamiento

En el CAC, las condiciones actuales del país y del mundo globalizado, marcadas por la política depredadora del capital nos llevan a tomar conciencia de la necesidad de conservar la complementariedad ecológica y de los ecosistemas como una forma real de enfrentar seriamente la pobreza. Esto significa la conservación del medio y su aprovechamiento racional, en nuestra opinión, hasta ahora la depredación y destrucción irracional ha castigado a las regiones y territorios de los pueblos originarios depauperando y sumiendo en la pobreza e indigencia a estas y favoreciendo a las oligárquicas nacionales e internacionales, asociadas a las élites políticas del país, instaladas en las regiones con mayores recursos naturales estratégicos. Esta relación desigual tiende a descentralizar “pobreza-miseria”, principalmente para los pueblos  originarios/indígenas y sectores populares de la sociedad, generando “Bonanza con riqueza” para las familias etnoeconómicas oligárquicas, colonia /tentáculo de las transnacionales.

Reafirmamos que la tierra es nuestra madre y que un hijo no vende o negocia con el ser que le da la vida y le garantiza el sustento y la pervivencia de sus generaciones,

Demandando de los Estados Nacionales y del sistema internacional de los Derechos humanos protección para nuestras culturas, familias y generaciones indígenas; así como para nuestros territorios y recursos biológicos de biodiversidad y genéticos que constituyen nuestro patrimonio colectivo,

Manifestamos nuestra convicción de que la resistencia y la unidad entre los pueblos es la única forma de defender efectivamente nuestros territorios, recursos y patrimonios.

Llamamos a fortalecer la resistencia indígena nacional y continental para defender nuestros patrimonios territoriales y recursos naturales.

Proclamamos nuestra autonomía política, jurídica y administrativa, para decidir sobre el uso y beneficio de nuestros territorios y sus recursos naturales, conforme a todos los ordenamientos jurídicos nacionales e internacionales.

Demandamos que cese la colonización de las multinacionales, los estados y los particulares a los territorios y los pueblos indígenas.

Proclamando que somos pueblos originarios y por tanto tenemos derechos colectivos, especiales, humanos y ancestrales y no renunciamos a ellos a favor de terceros, sin importar la nacionalidad de los mismos.

Valoramos las experiencias de los pueblos indígenas que han hecho frente a las políticas e intereses económicos de las trasnacionales y llamamos a un intercambio permanente y autocrítico que nos permita la unidad de acción.

Afirmamos la necesidad de proteger nuestras culturas, familia y generaciones indígena; así como para los territorios de nuestras futuras generaciones.

Demandamos la ayuda, cooperación y solidaridad de la comunidad nacional e internacional para defender nuestros territorios y recursos.

Rechazamos la violación de nuestros derechos humanos para satisfacer los intereses de las multinacionales.

Manifestamos nuestra total disposición a un diálogo permanente entre todos los miembros de la sociedad, en igualdad de condiciones como la única alternativa para reconstruir la nación mexicana en una relación de paz con justicia y dignidad, para todos y todas las y los mexicanos.

 

 

 



[1] Vid J. Luis Saavedra, en “Tomamos la palabra para decir nuestra verdad”, 2003:6, que toma las expresiones de V. Hugo Cárdenas.

[2]  Guillermo Bonfil. Dialéctica de la contradicción en obras escogidas; T4; México; INI-INAH-CIESAS; 1995. Pág 344